viernes, 25 de abril de 2008
Acerca del sacerdote MIguel Woodward
A las comunidades católicas y a todas y todos los hermanos de buena voluntad:
En nuestra calidad de creyentes, damos gracias a Dios, porque al fin la esperanza de justicia de muchas y muchos, especialmente de Patricia y Fred, han tenido una BUENA NUEVA al conocerse el procesamiento de una serie de oficiales de la Armada, actualmente en retiro, por su participación en el secuestro, tortura, muerte y desaparición de nuestro hermano sacerdote MIGUEL WOODWARD.
Frente a este hecho tan significativo, nos parece oportuno, saludar el coraje y la honestidad de la ministra Eliana Quezada, quien en los últimos meses sufrió una serie de amenazas que buscaban amedrentarla y entorpecer su investigación. Nos alegramos, puesto que la ministra ha demostrado que es posible hacer justicia y a pesar de todos los obstáculos, comienza a existir una luz de esperanza.
Tenemos la confianza de que este sea el comienzo de un proceso de esclarecimiento de los hechos que terminaron con la vida de este hermano, que sufrió el martirio por su adhesión al EVANGELIO de JESÚS y su opción por los más pobres, y que producto de esto se de con el paradero de todos los responsables y encubridores, cualquiera sea la institución a la que pertenezcan.
Finalmente, hacemos un llamado a todos los cristianos y cristianas, particularmente a las autoridades religiosas de nuestra diócesis, para que a la luz de estos acontecimientos, nos reunamos en una liturgia para recordar la figura y el testimonio de este hermano, cuyo ejemplo por tantos años se ha cubierto con un manto de silencio y que nos trae a la memoria y al corazón a tantas víctimas anónimas de la dictadura y el largo peregrinar de sus familiares en busca de la merecida justicia. Confiamos en que estos gestos nos ayuden a la verdadera y necesaria reconciliación, en el reconocimiento de las omisiones pasadas.
En el Señor de la vida se despide,
GRUPO DE REFLEXIÓN CRISTIANA VALPARAÍSO.
martes, 22 de abril de 2008
Frente al fallo del Tribunal Constitucional
Álvaro Ramis, Centro Ecuménico Diego de Medellín
Los integrantes del Tribunal Constitucional que han votado en favor de prohibir la distribución de la píldora del día después en los servicios públicos de salud, han argumentado que lo han hecho siguiendo sus convicciones de fe católica. Como se trata de materias en las cuales opera la conciencia, sería de una decisión legítima en derecho e incuestionable en términos morales. Se trataría, en su opinión, de la única opción que podría asumir un católico.
Sin embargo, si se revisa con atención la tradición teológica del catolicismo resulta posible reconocer que, en materia moral, siempre ha existido una gran diversidad de posturas. Esto se ha reflejado en los debates que han cruzado a la Iglesia a lo largo de su historia, discusiones que pueden sintetizarse como una pugna prolongada entre integristas y moderados, la que ha llegado hasta nuestros días y que se refleja en una multitud de debates referidos a la convivencia humana.
Integrismo y moderación se han enfrentado con especial fuerza en temas ligados con la sexualidad. San Agustín, en el siglo IV, ha sido señalado como uno de los responsables de introducir en el cristianismo una fobia antisexual que hasta hoy no se supera. De hecho, él fue quien afirmó que la "impureza" del acto sexual persiste aún dentro del matrimonio. San Agustín describió el acto sexual como un fenómeno irracional, que se apodera por completo de las personas, haciéndoles perder el control por medio de sacudidas violentas, que escapan al control de la voluntad. Por tanto, la sexualidad es entendida como una carga para la especie humana, castigo verdadero por el pecado original.
La postura agustiniana no fue aceptada sin resistencias y, de hecho, sus posiciones respecto de la sexualidad siempre han sido consideradas por la Iglesia Católica como una opinión más. Pero es imposible dejar de reconocer que esa mirada sobre el tema penetró con fuerza en la cultura medieval y tiñó de culpa y pecado lo que hasta ese tiempo era visto como una bendición divina. Entonces, la sexualidad sólo era objeto de reflexión ética en cuanto se trataba de una relación social, que requiere regulación y responsabilidad. Con San Agustín el sexo pasó a ser un conflicto con uno mismo, donde entraba en juego la capacidad de la voluntad de controlar el deseo sexual para alcanzar una castidad "perfecta", carente de pensamientos "impuros" e impulsos "desordenados". Así, se formó toda una escuela de moralistas, que buscaron la vía de controlar y reprimir las conductas humanas inclinadas a dejarse llevar por tendencias libidinosas.
En el siglo XVII, los seguidores más radicales de Agustín formaron el movimiento Jansenista, que puede considerarse un antecedente de los conservadurismos e integrismos católicos de los recién pasados 100 años. Para los Jansenistas, el anhelo humano de placer, en especial sexual, representa una muestra de que la libertad humana es imposible. Los seres humanos somos incapaces de refrenar el deseo y, por ello, la solución es la imposición de leyes rigoristas, represoras, puritanas. El cuerpo humano se transforma así en cárcel para el alma, que anhela ser liberada de los "bajos instintos carnales". Se impone una antropología dualista, en que la corporalidad se degrada a un contenedor de las "sucias pasiones humanas", que deben ser contenidas y diluidas por el espíritu, mediante el ejercicio elevado de la voluntad.
Frente al jansenismo y al agustinismo se levantaron diversas escuelas morales que se aproximaron de modo muy diferente a estos problemas. Una de ellas, el probabilismo, es muy relevante a la hora de analizar el fallo respecto de la píldora del día después, porque se basa en el principio moral de Tomás de Aquino: "La ley dudosa no obliga". Defendida por jesuitas del siglo XVI, como Francisco Suárez, el probabilismo se basó sobre una mirada optimista de la naturaleza humana. Lo que constató es que el ser humano se enfrenta a infinitos escenarios de decisión moral, lo que hace impredecibles las consecuencias de una ley unívoca y absoluta. El principio probabilista In dubio pro libertate -es decir, en la duda, libertad- justifica que cada persona, en situaciones en las que existe más de una opinión legítima y autorizada, decida por sí misma.
Basta examinar la propia tradición católica para encontrar argumentos que desafían a nuestros modernos integristas del Tribunal Constitucional. Argumentos que también nos sirven para resistir, de manera legítima, las imposiciones arbitrarias de quienes se erigen como los enemigos de la libertad.
Los integrantes del Tribunal Constitucional que han votado en favor de prohibir la distribución de la píldora del día después en los servicios públicos de salud, han argumentado que lo han hecho siguiendo sus convicciones de fe católica. Como se trata de materias en las cuales opera la conciencia, sería de una decisión legítima en derecho e incuestionable en términos morales. Se trataría, en su opinión, de la única opción que podría asumir un católico.
Sin embargo, si se revisa con atención la tradición teológica del catolicismo resulta posible reconocer que, en materia moral, siempre ha existido una gran diversidad de posturas. Esto se ha reflejado en los debates que han cruzado a la Iglesia a lo largo de su historia, discusiones que pueden sintetizarse como una pugna prolongada entre integristas y moderados, la que ha llegado hasta nuestros días y que se refleja en una multitud de debates referidos a la convivencia humana.
Integrismo y moderación se han enfrentado con especial fuerza en temas ligados con la sexualidad. San Agustín, en el siglo IV, ha sido señalado como uno de los responsables de introducir en el cristianismo una fobia antisexual que hasta hoy no se supera. De hecho, él fue quien afirmó que la "impureza" del acto sexual persiste aún dentro del matrimonio. San Agustín describió el acto sexual como un fenómeno irracional, que se apodera por completo de las personas, haciéndoles perder el control por medio de sacudidas violentas, que escapan al control de la voluntad. Por tanto, la sexualidad es entendida como una carga para la especie humana, castigo verdadero por el pecado original.
La postura agustiniana no fue aceptada sin resistencias y, de hecho, sus posiciones respecto de la sexualidad siempre han sido consideradas por la Iglesia Católica como una opinión más. Pero es imposible dejar de reconocer que esa mirada sobre el tema penetró con fuerza en la cultura medieval y tiñó de culpa y pecado lo que hasta ese tiempo era visto como una bendición divina. Entonces, la sexualidad sólo era objeto de reflexión ética en cuanto se trataba de una relación social, que requiere regulación y responsabilidad. Con San Agustín el sexo pasó a ser un conflicto con uno mismo, donde entraba en juego la capacidad de la voluntad de controlar el deseo sexual para alcanzar una castidad "perfecta", carente de pensamientos "impuros" e impulsos "desordenados". Así, se formó toda una escuela de moralistas, que buscaron la vía de controlar y reprimir las conductas humanas inclinadas a dejarse llevar por tendencias libidinosas.
En el siglo XVII, los seguidores más radicales de Agustín formaron el movimiento Jansenista, que puede considerarse un antecedente de los conservadurismos e integrismos católicos de los recién pasados 100 años. Para los Jansenistas, el anhelo humano de placer, en especial sexual, representa una muestra de que la libertad humana es imposible. Los seres humanos somos incapaces de refrenar el deseo y, por ello, la solución es la imposición de leyes rigoristas, represoras, puritanas. El cuerpo humano se transforma así en cárcel para el alma, que anhela ser liberada de los "bajos instintos carnales". Se impone una antropología dualista, en que la corporalidad se degrada a un contenedor de las "sucias pasiones humanas", que deben ser contenidas y diluidas por el espíritu, mediante el ejercicio elevado de la voluntad.
Frente al jansenismo y al agustinismo se levantaron diversas escuelas morales que se aproximaron de modo muy diferente a estos problemas. Una de ellas, el probabilismo, es muy relevante a la hora de analizar el fallo respecto de la píldora del día después, porque se basa en el principio moral de Tomás de Aquino: "La ley dudosa no obliga". Defendida por jesuitas del siglo XVI, como Francisco Suárez, el probabilismo se basó sobre una mirada optimista de la naturaleza humana. Lo que constató es que el ser humano se enfrenta a infinitos escenarios de decisión moral, lo que hace impredecibles las consecuencias de una ley unívoca y absoluta. El principio probabilista In dubio pro libertate -es decir, en la duda, libertad- justifica que cada persona, en situaciones en las que existe más de una opinión legítima y autorizada, decida por sí misma.
Basta examinar la propia tradición católica para encontrar argumentos que desafían a nuestros modernos integristas del Tribunal Constitucional. Argumentos que también nos sirven para resistir, de manera legítima, las imposiciones arbitrarias de quienes se erigen como los enemigos de la libertad.
lunes, 21 de abril de 2008
PADRE MIGUEL WOODWARD:INCULPACIÓN Y DETENCIÓN DE CULPABLES
Comunicado de Patricia Woodward:
Estoy muy contenta con la noticia de que el caso de mi hermano Miguel Woodward ha dado un paso muy importante para adelante y que hay personas de la Armada procesadas que jugaron un papel relevante en las torturas que le fueron infligidas en 1973. Espero que esto significaque estamos llegando a la verdad y la justicia para Miguel y para las victimas de la Armada.
Antecedentes del Procesamiento:
34 años después del golpe de estado, y tras 6 años de investigación judicial, se ha llegado hoy a una resolución de la causa del PadreMiguel Woodward.La Ministro Eliana Quezada ha declarado reos a:
Vicealmirante (R) Adolfo Walbaum Wieber
Vicealmirante (R) Guillermo Aldoney Hansen
Vicealmirante (R) Juan Mackay Barriga
Capitán de Navio (R) Sergio Barra Von Kretschmann
Capitán de Navio (R) Ricardo Riesgo Cornejo
Dr. Carlos Costa Canessa
Para cinco de los procesados se ha decretado la detención preventiva en las instalaciones de la Armada en Las Salinas. El sexto, por razones de salud, está detenido en su domicilio. Se ha comprobado que fuerzas navales, siguiendo un plan y unos procedimientos preparados meses atrás por la Armada, llevaron a Miguel desde su casa en Placeres a la Universidad Federico Santa María y de allí a la Academia de Guerra Naval, donde fue torturado sin piedad. Luego, en una furgoneta manchada con su propia sangre, le llavaron al molo donde le obligaron a subir a bordo de la Esmeralda. Posteriormente fue llevado al Hospital Naval donde se pierde su rastro físicamente.
El procesamiento de los Almirantes Walbaum y Aldoney es particularmente significativo dado que, por entonces, eran respectivamente Jefe de la I Zona Naval y Jefe del Estado Mayor de la I Zona Naval. Este hecho deja en evidencia las declaraciones de sucesivos Comandantes en Jefe de la Armada, incluido el actual Almirante Rodolfo Codina: alegaron que las responsabilidades de los crímenes eran individuales, no institucionales, y que, en todo caso,ningún alto mando habría intervenido en ellos. El Alm. Walbaum, además de su cargo naval, era el primer Intendente deValparaíso nombrado por la junta militar. El Alm. (R) GuillermoAldoney, tras retirarse de la Armada, empezó una exitosa carrera en elmundo empresarial. Es miembro del Directorio de la Mutual de Segurosde Chile, entidad fundada por la Armada de Chile, entre cuyos otros miembros consta el actual Comandante en Jefe de la Armada, Alm.Rodolfo Codina. En 1982, se hizo Presidente del poderoso holding Compañia de Aceros del Pacífico (CAP), por entonces controlado por CORFO; unos años más tarde consiguió privatizarlo por medio de una curiosa operación financiera. Estrechamente vinculado a la jerarquía católica – que nunca reclamó lamuerte de Miguel Woodward - el Alm. Aldoney fue nombrado responsablede la seguridad del Papa durante su visita a Chile en 1986. Su primo Jaime desapareció tras ser detenido por las fuerzas navales que estaban bajo su mando. El Almirante Juan Mackay es Vicepresidente del Consejo de Almirantes y Generales en Retiro de Valparaíso. En 1973 asistió a las sesiones de tortura en las instalaciones navales de Valparaíso acompañado por un joven sobrino suyo, Rafael Mackay Backler. El Capitán Barra era Jefede Inteligencia Naval en 1973 y ascendió más tarde a 2° Jefe de laDINA. El Capitán Riesco trabajó a sus órdenes. El Dr. Costa Canessa, siendo médico en el Hospital Naval, extendió un certificado de defunción en nombre de Miguel Woodward sin ver cadáver alguno.
La Jueza Quezada, una mujer dedicada y valiente, seguirá sus investigaciones, con la ayuda de la Brigada de Derechos Humanos yAsuntos Especiales. Su fin será buscar los demás autores de la muerte de Miguel junto con los encubridores y cómplices de ese crimen. Entre los testimonios específicos que serán investigadas están los entierros clandestinos por la Armada de varios detenidos desaparecidosen el Cuartel 14 del Cementerio Playa Ancha de Valparaíso. Sin embargo, la jueza, quien ha recibido amenazas de muerte, enfrenta además la hostilidad de sus pares en la Corte de Apelaciones deValparaíso. Hace poco, por unanimidad, trataron de imponer plazos a la investigación de los cuatro casos de violaciones de derechos humanos que son de su responsabilidad. Tuvo que intervenir el Tribunal Supremo, declarando la ilegalidad de esta práctica. A pesar de que el Tribunal Supremo recomendó, además, que la Jueza diera prioridad a sus investigaciones, el Presidente de la Corte deApelaciones determinó, acto seguido, que, por el contrario, debía dar prioridad a integrar Sala. Esta persona, Manuel Silva Ibáñez, era muyconocido por sus resoluciones favorables a la dictadura durante los años ´80, incluído causas tales como "el caso pasaportes" y el casode degollados que incluyó al periodista Paredes.
En cuanto a la Armada de hoy, lejos de colaborar con la justicia, la ha obstaculizado. El Alm. Cristían Millar, cuando ocupaba el cargo de Secretario General de la Armada, admitió descaradamente que unAlmirante en servicio pudo haber visitado a la Ministro Gabriela Cortien el año 2004 "por su cuenta" para persuadirle que debía aplazar una prevista reconstitución de escena a bordo de la Esmeralda. Por esos mismos años el Auditor General de la Armada, Alm. Juan Antonio Galván Bernabeu, con ocasión de la entrega de la bitácora de la Esmeralda a la jueza, informó a los marinos referidos en el mismo que serían el objeto de interrogatorios judiciales. Anteriormente, un alto cargo dela Armada sin identificar había reunido a varios testigos que habían sido citados por la Ministro Corti: se pusieron de acuerdo sobre sus testimonios de antemano.
La Armada sigue igual. El Código de Justicia Militar sigue obligando a los marinos obedecer las órdenes criminales de sus jefes. Están en el primer ranking mundial en la compra de armamentos y sucesivos gobiernos han tolerado sus pretensiones "democráticas". El 4 de mayo próximo, cuando zarpa la Esmeralda en su crucero anual por el mundo, será, como siempre, con el título de "embajador de Chile" y será la Presidenta Bachelet quien la despida.
MARCHA CONTRA EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Martes 22 de abril
19 hrs
Parque Italia,
POR EL DERECHO A DECIDIR!!
lunes, 7 de abril de 2008
sábado, 5 de abril de 2008
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