Momentos de recuerdos, de compartir y contruir la memoria, de recordar la altura ética de tan coherentes sacerdotes.
Todo esto fue posible por la participación de numerosos amigos que se dieron cita para testimoniar con la presencia y la palabra: la vida del padre Pepo, del padre Wenche, del padre Hudson, del padre Ramiro y por supuesto de quien dió un especial sentido al homenaje con su presencia, el padre Pedro Aguiar.
Imposible traducir en palabras lo que se vivió esa tarde, sin embargo, junto con ejercitar la memoria, fue una tarde de mucha esperanza, expresada en la asistencia de no solo "viejos amigos" de la época dura, sino que también de jóvenes y niños, que nos permite mirar el futuro con especial esperanza de que otro mundo es posible, y depende de nosotros.
Algunas imágenes del encuentro:
1 comentario:
Agradezco a todos-as, no la nostalgia, sino la fuerza de la memoria viva que se hizo presente ahi esa tarde.
agradezco a quienes lo hicieron posible, mucha gente anonima que avisó, que aportó lo que pudo.
agradezco el testimonio de sencillez y de humildad del p. Pedro. e invito y me invito a asumir el compromiso cristiano que tomaron estos presbiteros homenajeados y muchos de los testigos presentes.
Emilia del Santo.
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